Podría caerse en el error de ver demasiadas similitudes entre el gráfico del Ibex y el de Telefónica, pero la realidad es que basta con prestar algo de atención para darnos cuenta de que la debilidad de la "teleco" es mayor y cuesta ver en ella ese sesgo alcista en tendencia que se vislumbra en el Ibex.
Ha pasado un periodo de tiempo importante y la nueva dirección de Telefónica no ha logrado nada de lo que esperaban de ella sus accionistas, ni desinversiones, ni reducción de la deuda y ni mucho menos una mejoría en las cuentas o en el dividendo que satisfagan a unos inversores cansados de las dificultades de la antigua y la nueva dirección de cumplir mínimamente lo que anuncian a bombo y platillo (la fracasada OPV de Telxius es solamente el último ejemplo). Seguramente la clave de la debilidad de Telefónica en el último año ha sido el fracaso de la venta de su filial inglesa tumbada por la Comunidad Europea, aunque las cuentas tampoco acaban de arrancar y gran parte de su beneficio potencial se lo sigue comiendo los intereses de su deuda, el mercado sigue sin ver con buenos ojos que una empresa que gana poco más de 4.000 millones de euros anuales tenga una deuda de 47.000.
Desde el punto de vista técnico la zona de soporte 8,50 - 8,60 euros parece sólida, dentro del sesgo lateral bajista de la operadora creo que podría lograr repuntar en la parte final del año pues todo lo malo ya parece recogido en la cotización del valor, y el dividendo de 0,20 euros previsto para el 14 de diciembre podría acabar por animar al valor. Seguro que puedo equivocarme, pero si tuviera que apostar de aquí a final de año diría que podemos asistir a un periodo de lateralidad entre 8,60 y 9,90 euros, donde solo podríamos alcanzar la resistencia clave de 10,35 euros en un mercado español incipientemente alcista en la parte final del año alentado por un "govern" menos nacionalista que el actual y más centrado en los problemas de la gente.
No me parece que Telefónica esté cara, aunque técnicamente no acaba de arrancar, solo con una reducción sustancial de la deuda lograda vendiendo "a buen precio" alguna de sus filiales (como estuvo a punto de lograr hacer con O2) podría convertirse Telefónica en la sorpresa alcista del 2018.
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