Los contratos por diferencias (CFDs) son un producto que permite operar en cualquier mercado (Forex, materias primas, acciones, índices, bonos y tasas de interés) tanto al alza como a la baja, contándose entre sus mayores virtudes la posibilidad de apalancarse y el coste, normalmente más bajo que operar directamente con acciones.
La operativa con CFDs puede ser más sencilla de lo que parece, cuando un activo cotiza al alza, es un proceso similar a comprar acciones, con la diferencia de que si utiliza el apalancamiento se paga un interés.
Otra de las ventajas de la operativa con CFDs es la posibilidad de “ponerse corto” o de “operar en corto”, es lo mismo pero invirtiendo el proceso de compra y venta (cambiando los tiempos de orden); es decir, primero se vende un CFD de cualquier acción y transcurrido un tiempo se compra, si el precio al que se ha vendido es superior al que se ha comprado cuando se ha cerrado la operación habrá ganado, y si es al revés habrá perdido. Este tipo de operativa resulta muy útil en mercados bajistas pues además se abonará un interés.
Algunos ejemplos sobre cómo operar con CFDs a la baja (abrir cortos):
Supongamos que queremos operar a la baja (ponernos cortos) con acciones del Banco Santander, a día de hoy las acciones cotizan a 7,10 euros, por tanto el día 8 de abril vendemos (nos ponemos cortos) con 100 acciones de Santander (o 100 CFD que es lo mismo.) Ya estamos posicionados bajistas en Santander, si el precio de la acción baja nosotros ganaremos, si sube perderemos.
Supongamos que el día 11 de Junio Santander cotiza a 6,50 euros, ese día decidimos cerrar nuestra posición con CFD del Banco Santander, para ello recompramos las 100 acciones que habíamos vendido. Como compramos ahora a 6,50 euros y en abril vendimos a 7,10 hemos ganado la diferencia entre el precio de venta y el de compra: 0,60 euros por acción. Multiplicamos por 100 acciones = 100*0,20 = 60 euros de beneficio.
Si el día 11 de Junio Santander hubiera cotizado a 7,50 euros y decidiéramos igualmente cerrar nuestra posición ahora, compraríamos hoy las 100 acciones a 7,50 euros y como vendimos el 8 de abril a 7,10 euros perderíamos 0,40 euros por acción, multiplicado por 100 acciones = 40 euros de pérdidas.
Existen algunas particularidades de la operativa con CFD. Una de ellas es el apalancamiento. Cuando compramos o vendemos CFDs no pagamos el total de lo que nos costaría comprar o vender las acciones, sino unas garantías que suponen un porcentaje del total, es decir que nos permiten apalancarnos. Por ejemplo IG permite contratar CFDs de acciones de BBVA con una garantía del 10 %, por tanto podremos comprar o vender con el mismo dinero 10 veces más CFD que si acudiéramos al mercado a comprar acciones. Lógicamente apalancarse tiene sus riesgos, si acertamos ganaremos 10 veces más con CFDs que si hubiéramos comprado con el mismo dinero acciones y si la operativa tiene pérdidas, multiplicaremos por 10 nuestro quebranto económico.
Garantías e Intereses
Como al invertir en CFDs no pagamos por el total de las acciones sino un porcentaje de las mismas como garantía, es como si nos financiaran el resto, por tanto los CFDs generan intereses que pueden ser a nuestro favor o en nuestra contra. Si nos ponemos cortos, los intereses serán a nuestro favor y si compramos CFDs (como quien compra acciones) deberemos nosotros pagar por la financiación. Los intereses con los tipos tan bajos como ahora no suponen una cantidad de dinero demasiado significativa, pero es un parámetro más a tener en cuenta.
Dentro de las empresas que ofrecen la posibilidad de operar con CFDs, IG ofrece una gran plataforma a precios muy competitivos y una inmensa variedad de productos. De hecho es en la página de índices de IG donde observo la cotización de los CFDs del Ibex, de otros índices e incluso del petróleo y el Euro Dólar para saber cómo se mueve el mercado antes de la apertura o como van las cotizaciones tras el cierre de la sesión.
Los CFDs son un producto financiero complejo. Se trata de un producto apalancado cuyas pérdidas pueden exceder el depósito inicial. Los CFDs pueden no ser adecuados para todos los inversores.
La operativa con CFDs puede ser más sencilla de lo que parece, cuando un activo cotiza al alza, es un proceso similar a comprar acciones, con la diferencia de que si utiliza el apalancamiento se paga un interés.
Otra de las ventajas de la operativa con CFDs es la posibilidad de “ponerse corto” o de “operar en corto”, es lo mismo pero invirtiendo el proceso de compra y venta (cambiando los tiempos de orden); es decir, primero se vende un CFD de cualquier acción y transcurrido un tiempo se compra, si el precio al que se ha vendido es superior al que se ha comprado cuando se ha cerrado la operación habrá ganado, y si es al revés habrá perdido. Este tipo de operativa resulta muy útil en mercados bajistas pues además se abonará un interés.
Algunos ejemplos sobre cómo operar con CFDs a la baja (abrir cortos):
Supongamos que queremos operar a la baja (ponernos cortos) con acciones del Banco Santander, a día de hoy las acciones cotizan a 7,10 euros, por tanto el día 8 de abril vendemos (nos ponemos cortos) con 100 acciones de Santander (o 100 CFD que es lo mismo.) Ya estamos posicionados bajistas en Santander, si el precio de la acción baja nosotros ganaremos, si sube perderemos.
Supongamos que el día 11 de Junio Santander cotiza a 6,50 euros, ese día decidimos cerrar nuestra posición con CFD del Banco Santander, para ello recompramos las 100 acciones que habíamos vendido. Como compramos ahora a 6,50 euros y en abril vendimos a 7,10 hemos ganado la diferencia entre el precio de venta y el de compra: 0,60 euros por acción. Multiplicamos por 100 acciones = 100*0,20 = 60 euros de beneficio.
Si el día 11 de Junio Santander hubiera cotizado a 7,50 euros y decidiéramos igualmente cerrar nuestra posición ahora, compraríamos hoy las 100 acciones a 7,50 euros y como vendimos el 8 de abril a 7,10 euros perderíamos 0,40 euros por acción, multiplicado por 100 acciones = 40 euros de pérdidas.
Existen algunas particularidades de la operativa con CFD. Una de ellas es el apalancamiento. Cuando compramos o vendemos CFDs no pagamos el total de lo que nos costaría comprar o vender las acciones, sino unas garantías que suponen un porcentaje del total, es decir que nos permiten apalancarnos. Por ejemplo IG permite contratar CFDs de acciones de BBVA con una garantía del 10 %, por tanto podremos comprar o vender con el mismo dinero 10 veces más CFD que si acudiéramos al mercado a comprar acciones. Lógicamente apalancarse tiene sus riesgos, si acertamos ganaremos 10 veces más con CFDs que si hubiéramos comprado con el mismo dinero acciones y si la operativa tiene pérdidas, multiplicaremos por 10 nuestro quebranto económico.
Garantías e Intereses
Como al invertir en CFDs no pagamos por el total de las acciones sino un porcentaje de las mismas como garantía, es como si nos financiaran el resto, por tanto los CFDs generan intereses que pueden ser a nuestro favor o en nuestra contra. Si nos ponemos cortos, los intereses serán a nuestro favor y si compramos CFDs (como quien compra acciones) deberemos nosotros pagar por la financiación. Los intereses con los tipos tan bajos como ahora no suponen una cantidad de dinero demasiado significativa, pero es un parámetro más a tener en cuenta.
Dentro de las empresas que ofrecen la posibilidad de operar con CFDs, IG ofrece una gran plataforma a precios muy competitivos y una inmensa variedad de productos. De hecho es en la página de índices de IG donde observo la cotización de los CFDs del Ibex, de otros índices e incluso del petróleo y el Euro Dólar para saber cómo se mueve el mercado antes de la apertura o como van las cotizaciones tras el cierre de la sesión.
Los CFDs son un producto financiero complejo. Se trata de un producto apalancado cuyas pérdidas pueden exceder el depósito inicial. Los CFDs pueden no ser adecuados para todos los inversores.
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