Vaya por delante que mi recomendación para quienes sean accionistas de Metrovacesa es que acepten la Opa de exclusión a 2,28 euros o vendan sus acciones en el mercado muy cerca de ese precio; la situación tras una opa de exclusión para un accionista particular suele ser de total desamparo y más en una empresa de la que no va a percibir (a priori) dividendos a medio plazo...
aunque no me extrañaría que lo que hiciera el consorcio de bancos que se quedará con Metrovacesa (de la que ya controla más del 95 %) fuera liquidarla, venderla, trocearla, transferirla al Sareb o algún movimiento similar, pero con la deuda que acumula la inmobiliaria parece difícil que las acciones después puedan valer más de esos 2,28 euros que los bancos ofrecen ahora.
Supongo que la pregunta clave es ¿porqué los bancos dan 2,28 euros por una empresa que cotiza a 0,83 ofreciendo una prima del 166 %? Difícil respuesta para dar desde el exterior, aunque tengo la impresión de que dado que en total, si todos los accionistas particulares aceptan la OPA de exclusión, los bancos tendrán que pagar poco mas de 10 millones de euros por las acciones que no controlan, les da un poco lo mismo ofrecer algo mas y quitarse de encima la siempre molesta (para ellos) presencia de accionistas particulares en aras de poder hacer posteriormente lo que les venga en gana con Metrovacesa.
En la parte superior os he incluido un gráfico mensual de Metrovacesa donde puede comprobarse qcomo aquellos que compraron acciones después de Agosto de 2011 ganan dinero y quienes lo hicieron antes pierden, muchos de ellos tienen minusvalías que superan con creces el 90 % incluso al precio de la Opa de exclusión.
Sobre el resto de inmobiliarias evidentemente cada cual puede hacer con su dinero lo que le venga en gana, pero esperar a repetir la jugada de Metrovacesa y que generosamente los bancos paguen mucho mas del precio de cotización por las acciones de una inmobiliaria es de ser un redomado optimista o un amante empedernido de los juegos de azar.
No queda más que recomendar el acudir a la OPA pues el riesgo no compensa la posibilidad de mantenerse en una compañía que ya no cotizará en bolsa y de la que será prácticamente imposible para un inversor particular vender las acciones. El único caso que recuerdo en que un inversor se hubiera beneficiado de no acudir a una Opa de exclusión seria el de Amadeus, que dejó de cotizar bolsa en Diciembre de 2005 tras una opa de exclusión a 7,35 euros y que volvió de forma triunfal a cotizar en el mercado 5 años después y ahora cotiza a 19 euros; la excepción que confirma la regla.
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